jueves, 22 de abril de 2010

Alicia en el país... de James Cameron

No debería volver a ver una película que está hecha para vender, es así de simple. Hace unos meses estaba impaciente por el estreno de ‘Alicia en el país de las maravillas’, hasta el punto de confundirme en la fecha del estreno y prepararme para ir a verla, cuando aún quedaba un mes para que estuviera en cartel. Ahora sé que ese dato fue esencial: retrasaron su fecha con fines comerciales, para que no coincidiera con la supertaquillera 'Avatar' y no fue casualidad. De alguna manera, hicieron que todos esperáramos mucho más de lo que nos iba a dar. El fin comercial por excelencia: vender humo. Lo consiguieron...

A pesar de no haber leído el libro, tenía muchas esperanzas en la película porque conocía el contenido y me recordaba a la historia de Peter Pan y otros cuentos de fantasía, que a pesar de que habitualmente es un género que no me gusta, en estos casos sí, pues nace de la oposición a una realidad oprimente y es, en realidad, solo producto de ésta.

En todas estas historias, lo más destacable sin duda son esos personajes que nadan a contracorriente y luchan por no despertar, pero en ‘Alicia en el país de las maravillas’ solo alguna que otra excepción logra despertar esa sensación: los opuestos, pero semejantes gemelos gorditos y el “sombrerista”, un excelente Jonny Depp, a quien no he visto aún un papel malo.

Pero, ¿y Alicia? Creo que no había visto una cara más inexpresiva en mucho tiempo. Solo me gustó porque me recordó muchísimo a Claire Danes en 'Romeo y Julieta', cuando está apoyada en el balcón y cuando bebe líquidos con fines de suicidio shakesperiano. La de Baz Luhrmann, una película muy criticable, pero para mí, una película memorable.

Otro personaje que me causó impotencia fue la Reina Blanca, que parecía personaje de otro cuento y gesticulaba a modo hippie “paz y amor” con ademanes de Britney Spears. Tim Burton podría haberse esforzado en dejar más sello que el color negro de los labios de dicha “personaja”. Se la ve muy pequeña en comparación con esa maligna-magnífica Helena Bonham Carter, otro puente con la realidad –yo interpreté que imitaba a Enrique VIII, producto de ver ‘Los Tudor’- y genial en su papel -¡que le corten el cuello-.

Hay destellos que intentan hacer mejor la película, sobre todo con juegos de palabras curiosos al final de la película -aunque me da la sensación de que mal traducidos- y buena dirección, pero no hay más que el contenido de fondo y un poco de parafernalia: acción, vestuario, colores y bonitos paisajes.

Fui a ver esta película con dos referentes claros, ‘Avatar’ y ‘Descubriendo Nunca Jamás’ (el malo y el bueno) y descubrir a cuál tendía me haría juzgar, sin poder evitarlo. Ganó James Cameron, de nuevo. ¡Qué frustración! Creo que el libro de ‘Alicia en el país de las maravillas’se merecía más.

2 comentarios:

  1. por diosssssssssss, tuuuuuuuuuu, que bien se te da criticar cosas :DD
    menos cine y más estudiar
    muaaaaaa

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  2. De acuerdo en casi todo, pero a mi la niña qie interpreta a Alicia sí q me gustó ;)
    x cierto, ¡Ya tengo twitter! :)

    Bea.

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