domingo, 28 de febrero de 2010

Concierto de Marwan y Luis Ramiro

Hoy es un domingo de resaca musical. Revivir el concierto de Marwan y Luis Ramiro de hace tres años ha sido una de las mejores cosas que me han pasado últimamente. También disfrutar su música, fundamental, pero lo de ayer fue mucho mas que unos cuantos acordes o actuaciones de primera línea como las de Chaouen o Ismael Serrano.

Fueron mil emociones, mil corazones como diria él, mil recuerdos que evocar y tener presentes. La musica, como cualquier otra expresión cultural, es una forma de union. Son historias que se cuentan para dar a conocer experiencias, tocar fibras, sensibles a casos parecidos y hacer posible la comunión entre almas que vagan solas e individualmente se sienten vacías.

Me acordé de la invitacion de Inma hace ya varios años, de las actuaciones del colegio mayor, cuando me fije en el cantautor de nariz grande que ahora me acompaña todos los dias con su voz. Pero su voz, genial, es lo que menos importa. Lo mejor es saber que consigue llenar de felicidad un momento o varios días, que pinta la vida de otro color y la hace mágica-casi-perfecta.

Me he cansado de prácticamente todas las canciones de su disco. Pero no me pasa lo mismo con 'El próximo verano'. No me atrevería nunca a quitarles valor, pues he sido yo quien las he arruinado: por gastarlas, consumirlas, matarlas, de tanto ponerlas. Pero siempre hay una que no me canso de oír.

Quizás porque en un momento cambió y a dos voces hizo comenzar de nuevo la carrera por asesinarla. Quizas porque la primera vez que la oi creo que lloré o, al menos, me emocioné muchísimo. Y ya no porque la cantara con otro que siempre fue mi devoción sino porque la hicieron si cabe mas bonita, mas perfecta. ¿Cómo puede hacerse una cancion sobre lo efímero que es el amor (si nos ponemos radicales una defensa clara de la teoria de que el amor no existe) con las palabras que lo invocan, que lo alimentan, que lo hacen necesario como ideal?

Supongo que con una buena dosis de realidad y honestidad. Marwan siempre me ha gustado por hablar claro, porque sus letras dicen de forma lo mas sincera posible lo que todos pensamos, pero de alguna manera nos negamos a decir, a afrontar…a reconocer.

Por eso quiero que suene siempre: para que me devuelva a la verdad, que confundida con las contradicciones de la vida, se pierde en las sábanas de una habitacion. En definitiva: porque hace las cosas blancas-casi-trasparentes.

domingo, 14 de febrero de 2010

Tiempo

Ella caminaba aprisa, sabía que el tiempo se esfumaba y tenía un montón de cosas que hacer.

En realidad, muchas veces había pensado que el tiempo no existía; que se lo habían inventado para agarrar la vida (-- ver DICCIONARIO --).

Pero era necesario tener presente el paso de los segundos, de los minutos, de las horas. Sí al menos en este tipo de vida.

Entonces se dio cuenta que se había olvidado la cartera. Confirmó que no estaba hecha para ese ritmo de vida. Pero tampoco para otro.

Podía elegir, irse al campo, vivir en soledad. Pero allí enfrentarse a la vida tampoco sería fácil. Allí el paso de los años tampoco tendría sentido.

Volvió a casa feliz. Dejó los compromisos para otro tiempo y comenzó a disfrutar de los pequeños momentos, de aquello que la hacía sentirse viva.

Ganó consciencia en sus actuaciones y la perdió respecto a las horas que quedaban para dormir. Al día siguiente, tocaría ir al súper, recoger el dormitorio o limpiar la casa.


Tocó. Esta vez, sin descuidos. Pero decidió hacerlo sin pensarlo demasiado, trasladando su imaginación a otros momentos más dulces.

Las fantasías ocupaban su mente, mientras el tiempo no pasaba y ella vivía en un pasado cercano donde todo era mejor. Recuperó esa sensación al volver a casa, cuando se encontró a su compañero de piso y, con una gran sonrisa, le preguntó qué tal había ido el día.


(--) DICCIONARIO

JORNADA (RAE):


Primera acepción: período de tiempo que equivale a 24 horas

Segunda acepción: Tiempo de duración del trabajo diario.


TIEMPO (EL MUNDO DICCIONARIOS – SINÓNIMOS)


Sinónimos: Vida, existencia.

sábado, 13 de febrero de 2010

¿Radicalmente yo?

Irene I: Cariño perdona. Estoy estresada, entiéndelo.

Irene II: Puta rutina, que tedio de vida.

Irene I: ¿Yo merezco paz, no? Soy buena, intento hacer las cosas bien.

Irene II: Tengo 24 años debo vivir la vida. Llamaré a alguien para tomarme una caña.

Irene I: Me tomaré un sábado tranquilo.

Irene II: Esto es la paz. Pues que asco.


((Y todo vuelve a empezar…))


La vida. Ese todo circular que acaba irremediablemente en mí. Ese yo que se desdobla en dos personas...o más. Un día pensé ser radicalmente yo. Pero no es cierto. Soy radicalmente Irene… pero también radicalmente humana. Inevitablemente soy la unión de distintos componentes que, en ocasiones, se escapan a mi control

miércoles, 10 de febrero de 2010

Un día cualquiera...

Llego a casa tras once horas de oficina y paro a recoger las cartas del buzón. Ya no me sorprende que haya publicidad inundando el cajón, de una forma tremendamente irritante, sino que, además, dos de las misivas con nombres y apellidos son también “autopromoción”.


Papel mojado... papel roto


Llego absorta a la habitación, rabiada porque eso también se llame vida y elaboro una nueva teoría sobre mi realidad. Comienzo a pensar en el bombardeo al que estamos sometidos durante todo el tiempo, incluso cuando llegamos a casa y deseamos disfrutar del silencio y la paz que siguen a un día cansado.


Curiosamente me sonrío cuando me pasa por la cabeza aquella idea que sostiene que los defensores a ultranza de la libertad son los más interesados en coartar las libres decisiones. Hoy deseo no hacer nada. Solo eso y bueno, por qué no, escuchar un poquito a Marwan. Una canción medio coña que ha sacado con Luis Ramiro. Aún así me emociono cuando empieza a cantar...