miércoles, 10 de febrero de 2010

Un día cualquiera...

Llego a casa tras once horas de oficina y paro a recoger las cartas del buzón. Ya no me sorprende que haya publicidad inundando el cajón, de una forma tremendamente irritante, sino que, además, dos de las misivas con nombres y apellidos son también “autopromoción”.


Papel mojado... papel roto


Llego absorta a la habitación, rabiada porque eso también se llame vida y elaboro una nueva teoría sobre mi realidad. Comienzo a pensar en el bombardeo al que estamos sometidos durante todo el tiempo, incluso cuando llegamos a casa y deseamos disfrutar del silencio y la paz que siguen a un día cansado.


Curiosamente me sonrío cuando me pasa por la cabeza aquella idea que sostiene que los defensores a ultranza de la libertad son los más interesados en coartar las libres decisiones. Hoy deseo no hacer nada. Solo eso y bueno, por qué no, escuchar un poquito a Marwan. Una canción medio coña que ha sacado con Luis Ramiro. Aún así me emociono cuando empieza a cantar...

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