viernes, 12 de noviembre de 2010

El e-book, un amigo que ha llegado (que llegará)

Tengo la manía de teorizar sobre mi actitud general ante la vida. De ello proviene mi idea sobre que tiendo a acercarme más a las personas que son reservadas, humildes y menos descaradas y, de la misma forma, a alejarme de quienes me dan la sensación de comerse el mundo. No obstante, casi siempre pasa que, conozco a estos últimos y acaban descubriéndome cosas diferentes, que de alguna forma llegan a una parte inexplorada u olvidada de mí. Creo que sus experiencias me trasportan a mi pasado o a las posibilidades que se abren en el horizonte.

La tecnología, esa líder irrebatible y arrolladora en todos los campos del saber, se presentó hace tiempo ante mí como aquellos a quienes sobra compañía y de los que, hablando claro, no quiero saber nada. Solo hice una excepción y, dado el empeño de mis amigos y conocidos, me compré un Macintosh, ordenador con el que están todos maravillados, pero cuyo precio, se sabe, es más alto de lo que debería, potenciado sin duda por la marca. Pero este hecho, para mí, no rompía la regla personal del desprecio a lo “más guay”: me había comprado el ordenador por recomendación, pero en realidad, yo no me había acercado a la tecnología.

Vivo con la angustia de pensar que alguien, antes o después, me va a regalar un e-book, del que, en principio, huyo, porque, además de su componente tecnológico, gusto de libros con personalidad, de portadas de colores y de una tendencia a clasificar y poseer las cosas que más gozo me proporcionan. Pero la relación con el E-book, de acuerdo con mi teoría, me aterra más, si cabe: Tiendo a pensar que se presentará como un amigo y me hipnotizará, relegando al libro tradicional al lugar del mejor amigo, que tras años si ver, se aleja de ti por las múltiples diferencias que el paso del tiempo ha hecho en ambos.

2 comentarios:

  1. Yo creo que los primeros ebook serán equivalentes a los primeros móviles, esos ladrillos que necesitaban que echaras una moneda para llamar. Igualmente, tardarán algunos años en ser una verdadera alternativa a los libros, por la resistencia del público. Pero sí, estoy convencido de que la generación de nuestros hijos leerá más en soporte digital que en tinta. En fin.

    Curioso blog. Me lo apunto ;)

    ResponderEliminar
  2. Bueno, yo es que a pesar de ser muy reticente veo a la gente leyendo en el metro y me parece que tiene muchas ventajas. La resistencia a estos nuevos aparatos, como en tantas otras cosas, es cuestión de tiempo y costumbre. Pero me ha gustado escribirlo para no olvidarlo dentro de un tiempo...

    ResponderEliminar